Experiencias LG

El incombustible refrán que de vez en cuando recordamos, siempre llegando el anochecer: De noche, todos los gatos son negros. Acusando a la poca iluminación y a la dificultad del ojo para distinguir (tal como en el día) los colores y los objetos, es que este refrán es casi una verdad incuestionable.

Teniendo en cuenta esto último, se me encomendó probar la excelente cámara del nuevo LG G4. Y es que nuestra querida Surcoreana esta vez se quiso destacar en grande, especialmente en su cámara. Algo que, hasta ahora, era bastante deficiente en los celulares actuales, pero que LG vino a cambiar para siempre.

Volviendo a lo nuestro…

Para poner a prueba la cámara del nuevo LG G4, es necesario entender, de manera básica, como funciona una cámara profesional. Las grandes marcas de cámara profesionales manejan, a grandes rasgos, dos modos al momento de disparar: modo automático y modo manual. El modo automático viene provisto, de fábrica, con ajustes que se adecuarán en cualquier momento que se use la cámara, independiente de que sea día o noche. El modo automático se adaptará y nos mostrará una imagen “correcta”, sin que nosotros tengamos que ajustar nada. En cambio, el modo manual (tal como su nombre lo indica) podemos ajustar la cámara a nuestro gusto, completamente personalizado para poder acomodar las capacidades de la cámara al momento preciso que queremos sacar fotos (noche, lluvia, día, colores reventados, etc).

En el caso anterior, estamos hablando de cámaras grandes, profesionales, creadas solo para la fotografía y el video.

En el caso de los celulares, tener una cámara de calidad en un móvil siempre ha sido un desafío; por lo mismo, LG nos entregó con el G4 una cámara al nivel de los exigentes y conocedores de la fotografía, pero sin descuidar a los novatos que igualmente quisiera sacar excelentes fotos. Esta es la historia del LG G4, a prueba de noche, a prueba de todo.

Nos arrojamos a la vida nocturna de Santiago

Sacar fotos de noche siempre es un drama: que sale desenfocado, que sale muy brillante, que las sombras vuelven muy oscura la foto, que no entra brillo suficiente, etc. Problemas que quise comprobar en esta famosa cámara.

Prueba número 1:

En modo automático

En modo manual

Como podemos apreciar, en modo automático, en esta imagen las luces se revientan oscureciendo el resto de los detalles. Que si bien, se ve correcto, no sería una foto apropiada para poder lucir en tus redes sociales.

En cambio, en modo manual, podemos apreciar de manera más correcta y realista los colores y luces que se encontraban en aquel momento.

Prueba número 2:

En modo automático

En modo manual

Siempre me ha encantado esta casona de la plaza Camilo Mori, ubicada por Constitución, cerca del cerro San Cristóbal. Pero tener una postal nocturna es algo difícil, por lo que me aventuré a comparar modo automático/manual para ver el resultado. Y claro, nuevamente el problema de la luz (en modo automático) en donde se revienta levemente, pero nada terrible tampoco. El modo automático tiene variadas opciones, entre ellas el estabilizador y el enfoque. Esta foto (en modo automático) corresponde a la misma opción sin modificarla, para poder contrastarla con manual. En éste último modo, ajusté el contraste y el ISO, para que los colores no se reventasen o destaquen más que los detalles de la foto. Sin duda, una gran diferencia en el resultado final.

Conclusiones

La cámara del nuevo LG G4 pasa la prueba absolutamente, ya que su modo manual realmente se adapta a las necesidades del usuario, sin que nadie se quede corto de la experiencia de obtener buenas fotos, donde y como sea.

El modo automático es un modo bastante bueno, tanto de día como de noche, sin estar preocupado si saldrá algo mal o no. Y a los más exigentes, el modo manual les permite tener una cámara de calidad y tecnología móvil, todo a mano y siempre con la garantía de LG.